¿Cómo identificar la deficiencia de magnesio?
La definición de ‘deficiencia de magnesio’ parece simple, pero se complica por la falta de pruebas clínicas disponibles para evaluar el estado del magnesio. Lo ideal sería definir la deficiencia de magnesio como una reducción en el contenido total de magnesio en el cuerpo. Las pruebas deben estar disponibles para identificar qué tejidos son deficientes y el estado del magnesio en estos tejidos.
Esto no es posible con la tecnología actual.
Muchos de los síntomas de tener un bajo nivel de magnesio en el organismo no son exclusivos de la deficiencia de magnesio, lo que dificulta el diagnóstico con una precisión del 100%. Por lo tanto, muy a menudo los niveles bajos de magnesio no se distinguen por completo y por lo tanto, no se tratan.
Sin embargo, la baja ingesta crónica de magnesio no solo es extremadamente común, sino que está relacionada con varios estados de enfermedad, lo que indica la importancia de considerar tanto los síntomas físicos evidentes como la presencia de otras enfermedades y afecciones al considerar el estado del magnesio.
¿Cuáles son los síntomas de la deficiencia de magnesio?
El magnesio es un ingrediente importante para tantos sistemas reguladores y bioquímicos del cuerpo que el impacto de los niveles bajos abarca todas las áreas de la salud y la práctica médica. Por lo tanto, los síntomas de un déficit de magnesio se dividen en dos grandes categorías: los síntomas físicos de la deficiencia manifiesta y el espectro de estados de enfermedad relacionados con los bajos niveles de magnesio.
En líneas generales, los síntomas de la deficiencia de magnesio son:
Síntomas “clínicos” clásicos. Estos signos físicos de deficiencia de magnesio están claramente relacionados con su papel fisiológico y su impacto significativo en el equilibrio saludable de minerales como el calcio y el potasio. Los tics, espasmos y calambres musculares, convulsiones, ansiedad y ritmos cardíacos irregulares se encuentran entre los signos y síntomas clásicos de bajo nivel de magnesio.
A pesar de que el magnesio es un mineral del cual no se habla demasiado, su déficit puede generar trastornos graves, incluso la muerte súbita.
A la vez que muchos vegetales ya no tienen la concentración de magnesio que tenían hace décadas por el abuso del suelo para cultivar. Es necesario tomar conciencia de la importancia de este mineral.
De acuerdo a su tipo, los síntomas de deficiencia de magnesio más importantes son:
Neurológicos:
- – Alteraciones del comportamiento
- – Irritabilidad y ansiedad.
- – Letargo
- – Memoria deteriorada y función cognitiva
- – Anorexia o pérdida de apetito.
- – Náuseas y vómitos
- – Convulsiones
Musculares:
- – Debilidad
- – Espasmos musculares (tetania)
- – Tics
- – Calambres musculares
- – Reflejos hiperactivos
- – Deterioro de la coordinación muscular (ataxia)
- – Temblores
- – Movimientos oculares involuntarios y vértigo
- – Dificultad para tragar
Metabólicos:
- – Aumento del calcio intracelular
- – Hiperglucemia
- – Deficiencia de calcio
- – Deficiencia de potasio
Cardiovasculares:
- – Latidos cardíacos irregulares o rápidos
- – Espasmos coronarios
- – Relacionados con los niños:
- – Retraso del crecimiento o “incapacidad para prosperar”
¿Cuál es la diferencia entre la deficiencia de magnesio leve y severa?
Es bien sabido que el bajo nivel de magnesio es difícil de detectar en un entorno clínico, tanto que la propia deficiencia de magnesio a veces se denomina “asintomática” o “no muestra signos externos”.
La deficiencia de magnesio en sí misma a veces se denomina “asintomática” o “no muestra signos externos”.
Al usar estos términos, los investigadores enfatizan que las condiciones a menudo se volverán severas antes de que estén disponibles los signos clínicos evidentes, esencialmente emitiendo una advertencia a los profesionales de la salud para que estén atentos a los signos de deficiencia de magnesio.
Patologías relacionadas con el déficit de magnesio
- – Depresión
– Síndrome de fatiga crónica
– TDAH
– Epilepsia
– Enfermedad de Parkinson
– Problemas para dormir
– Migraña
– Dolores de cabeza recurrentes
– Osteoporosis
– Síndrome premenstrual
– Dolor en el pecho (angina)
– Arritmia cardíaca
– Enfermedad coronaria y aterosclerosis.
– Hipertensión
– Diabetes tipo II
– Asma